El efecto invernadero es un proceso natural y necesario que permite a nuestro planeta mantener las condiciones necesarias para albergar vida. La atmósfera captura algunos de los rayos del sol que llegan a la corteza terrestre, manteniéndolos dentro para conseguir una temperatura media de 15 ºC. Si la atmósfera no atrapara ninguno de estos rayos que rebotan en la superficie, la temperatura media de la Tierra sería de -18 ºC.
Este fenómeno natural se ve negativamente potenciado por el hombre con consecuencias desastrosas.
Gases de efecto invernadero (GEI):
La atmósfera está compuesta por diversos gases naturales, siendo el nitrógeno, el oxígeno y el argón los que constituyen el 99,93% del total. Sin embargo, los que tienen una mayor incidencia en el efecto invernadero son:
- El vapor de agua
- El dióxido de carbono
- El metano
- los óxidos de nitrógeno
- El Ozono
- También los gases de origen antropogénico llamados clorofluorocarbonos.
Causas del incremento de gases de efecto invernadero:
Hay tres razones principales:
- La quema de combustibles fósiles como el petróleo, carbón y gas natural
- La deforestación de bosques y destrucción de ecosistemas marinos, que absorben el dióxido de carbono
- El aumento de una población que cada vez consume más recursos naturales.
- Por sectores de actividad, las fuentes de emisión de GEI de origen antropogénico son:
- Electricidad y calefacción: 25 %
- Agricultura y otros usos del suelo: 24 %
- Transporte: 14 %
- Industria: 21 %
- Otras fuentes de energía: 16 %
Consecuencias del efecto invernadero
En la proporción adecuada, estos gases cumplen su cometido, pero al aumentar su concentración por obra del hombre, la atmósfera retiene más calor del necesario, provocando un CAMBIO CLIMÁTICO que da lugar a
- El aumento de las temperaturas
- El deshielo de los polos
- La desertización
- Incendios
- Tormentas e inundaciones.